Motiva pensar que vivimos en un mundo simple que únicamente necesita de buenas ideas que lo mejoren, porque si algo caracteriza a nuestro mundo es eso, la total libertad para ser mejorado. ¡Hagámoslo! Construyamos una sociedad igual para todos y sin engaños, de manera que sea un poco más justa para todos cada día. Cambiemos el mundo, aunque solo estemos basados en unas ilusiones infundadas.

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viernes, 25 de mayo de 2012

Reformas sociales IV - Igualdad de Género

Medidas para garantizar la igualdad real de la mujer

En estos últimos tiempos en los que la sociedad atiende más a razones, todo el mundo parece haber caído en la cuenta de que durante milenios y milenios el género femenino ha sido un convidado de piedra, hecho que ha llevado a desperdiciar la mitad de nuestro potencial de desarrollo económico, social y técnico durante todo este tiempo.

Llegados a este punto, parece que los problemas que la mujer aún tiene en la sociedad son diferentes dependiendo de si se encuentra dentro del mundo de la empresa pública o de la empresa privada:

En la empresa pública, los gobiernos y órganos internacionales se han esforzado por garantizar la paridad en la composición de las instituciones públicas, con ejemplos como las cuotas (1) o, incluso, el favorecimiento económico a grupos de investigación compuestos por mujeres. Sin embargo, yo me pregunto, ¿esto sirve para algo?¿Realmente por esto ya somos una sociedad madura? ¿Realmente esto elimina el problema social de la desigualdad de género? La respuesta es clara: No.

En contra de lo que pueda parecer, el método de composición paritaria mediante cuotas mínimas o mediante cremallera (2) no sólo no mejora la situación de la mujer, sino que también conlleva una notable pérdida de eficiencia. Supone un empeoramiento de la situación social de la mujer porque hace que muchas de ellas lleguen a altos puestos públicos simplemente por ser mujer, y no por ser grandes profesionales, luego el hecho de no tratárseles igual puede generar incluso un efecto contraproducente. Además, produce  una pérdida de eficiencia porque establece como prioridad el género de una persona para determinar su ascenso, y no su capacidad, evitando las hipotéticas situaciones en las que pudiera haber más hombres mejor cualificados o, por el contrario, más mujeres peor cualificadas.

Cosa bien diferente es la discriminación a la mujer en el mundo de la empresa privada. Y es que en este punto nos encontramos ante una fundamentación económica basada en en un hecho fisiológico: una empresa va a perder dinero en términos relativos si contrata a una mujer, ya que a iguales condiciones de preparación, cabe la posibilidad de que en determinado momento esta mujer quede embarazada, lo cual supondría una doble pérdida para la empresa. Este aspecto fisiológico conlleva, por tanto, una desventaja comparativa para la mujer en comparación con los hombres, una desventaja natural que, por el mismo hecho de ser inherente a la mujer, debe ser contrarrestada con la intervención del Estado. Con esto quiero decir que el Estado debería subvencionar el periodo de maternidad de la mujer costeando a la empresa la cantidad monetaria íntegra equivalente al pago de la baja laboral realizado por la misma. De esta forma eliminaríamos el miedo de las empresas a que una de sus trabajadores quede embarazada y no sólo deba financiarle la baja, sino que deba contratar un sustituto/a.

Sin embargo, no es ésta la única barrera con la que se encuentra la mujer, y ni tan siquiera es la principal. Y es que tradicionalmente la mujer ha sido la sacrificada en la pareja a cambio de que el hombre explote su vida profesional. La mujer ha estado siempre ligada a la vida familiar, y deben poder elegir cambiar esto para dedicarse plenamente a su vida profesional, tanto así como mantener la figura de madre y no por ello deber sacrificar sus aspiraciones. En este sentido se echa de menos una serie de verdaderas acciones que sorteen estos obstáculos, entre las cuales debería estar la implantación de una red pública de guarderías, que sustituyera la labor que actualmente llevan a cabo los abuelos y eliminara parte de los hándicaps que la mujer tiene a la hora de su incorporación al mundo laboral.
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(1) El método de las cuotas en España consiste en establecer un mínimo del 40% de un género por cada 5 candidatos en las listas a elecciones de un partido. Ya se ha demostrado la ineficacia de este sistema.
(2) El método llamado "cremallera", vigente en Francia, consiste en que cada candidato deba ser del género contrario al anterior en las listas a elecciones . Se ha comprobado una mayor eficacia de este sistema.

4 comentarios:

  1. Que bueno verte de nuevo por aquí :D

    Opino que, más que una red ingente de guarderías públicas, hombre y mujer deben compaginar vida laboral y familiar. Si queremos conseguir una igualdad de género efectiva, el hombre no debe centrarse exclusivamente en explotar su vida profesional. Formar una familia es cosa de dos, y los niños que son criados directamente por sus padres son mucho menos propensos al estrés y son más felices --con lo que desarrollan una mejor inteligencia socioafectiva, capacidad para el estudio, etc.

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  2. Es cierto. Estoy totalmente de acuerdo contigo en que hay que dedicar la mayor parte posible de tiempo a estar directamente con los hijos. Sin embargo, lo que tú afirmas necesitaría un cambio social profundo, un cambio en la mentalidad general que no es posible o, al menos, es muy difícil conseguir. Porque, ¿qué cambio legal o reforma del sistema favorecería esa mayor implicación de los padres en la educación de sus hijos?

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  3. Baja por paternidad para los hombres durante un año o dos, por ejemplo. Para las mujeres sería de cuatro o cinco años. Podría complementarse con ayudas a la paternidad.

    Obviamente estaríamos hablando en una situación de bonanza, donde el Estado pudiera permitirse ese gasto, no como ahora. -.-

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  4. Em... la verdad es que debo informarme sobre cómo está la legislación en lo que respecta a la maternidad y la paternidad. Por lo que tengo entendido (a falta de que alguien menos ignorante venga a corregirme) es que la baja es obligatoria para las mujeres un determinado plazo de tiempo después del parto, y a partir de ahí pueden ejercerla tanto la madre como el padre.

    Debo decir también que una baja de 5 años me parece totalmente excesiva, porque ¿quién paga eso? A no ser que la familia que hiciera esto tuviera las posibilidades económicas, lo vería difícil, porque para una empresa sería un lastre tremendo, y si hiciéramos lo que propongo de que el Estado costeara esto, en 5 años se acumularían una cantidad de gastos insostenibles.

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